Nos encontramos ante la Flagelación de Cristo, pintura realizada por Piero della Francesca en el siglo XV durante el Quattrocento, con estilo renacentista.
En cuanto al contexto histórico diremos que el Renacimiento es un movimiento cultural y artístico que se inició en Italia en el siglo XV, y se extiende por Europa en el siglo XVI. Este movimiento trata de recuperar las formas y valores de la Antigüedad clásica (orden, belleza, proporción). Esta recuperación vino facilitada por el descubrimiento de las ruinas griegas y romanas y la obra escrita del arquitecto romano Vitrubio. Se realiza entorno a una serie de ideas y valores como son el amor, la naturaleza, el arte y la cultura (lejos del oscurantismo medieval), el individualismo y la valoración de los artistas (considerados cada vez menos artesanos y valorados como intelectuales. El Renacimiento se divide en tres fases: el Quattrocento, siglo XV; el Cinquecento, siglo XVI; y el Manierismo, finales del siglo XVI, transición al Barroco.
Desde el punto de vista del análisis formal diremos que es una pintura realizada en temple sobre tabla. La obra está dividida en dos partes separadas por una columna situada hacia la dertecha. A la derecha y en primer plano vemos a tres hombres conversando, y a la izquierda, en un segundo plano, la flagelación de Cristo, tema principal de la obra. El autor utiliza una gama de rojos para destacar el primer plano.
Desde el punto de vista del análisis del contenido diremos que es una pintura de tema religioso. Durante esta época los mecenas de la pintura eran los Médici pero se cree que esta obra no fue un encargo sino una creación personal.
Para comentar en profundidad esta obra diremos que sigue las características de la pintura del Quattrocento, por ejemplo el uso de la perspectiva lineal, cuyo punto de fuga se sitúa en el verdugo; la temática religiosa; el interés por el estudio del cuerpo humano, que se aprecia en la semidesnudez de Cristo; la definición de las figuras a partir de las luces y sombras, etc. Piero della Francesca fue uno de esta época junto a Fra Angélico, Masaccio y Botticelli. Se caracterizaba por la representación de las figuras geometrizadas y la perspectiva supermarcada. Como Piero della Francesca desarrolló su obra en ciudades más pequeñas y no en Florencia, su estilo se hizo muy personal, aunque si que entró en contacto con pintores venecianos que influyeron en sus fondos paisajísticos. Las obras más destacadas de este autor son ésta y Los Retratos de los Duques de Urbino.
Como conclusión podemos decir que esta obra está marcada por un aire de sobriedad geometrica, destacada notablemente en las figuras.
Virginia Esteban
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